• Abuelo…  Hoy salimos tempranísimo. Aún están todos durmiendo.

• Es que la gente suele dormir más de lo necesario, y si te fijas te darás cuenta de que a algunas actividades le dedican más tiempo del que deberían, y de que no las diversifican. 

• Llegamos… ¿Te has fijado en los animalitos que hay en este arroyo con el agua tan cristalina?

• Claro que sí, el agua fue creada para que vaya surgiendo vida por donde pase.

• Hablando de dar vida, ¿Dónde puedo beber? 

• Vamos un poquito más arriba por este sendero, verás donde el agua nace y cae en cascada creando reflejos entre las piedras. 

Ahora pon las manos debajo de esa hoja verde, deja que le caiga un poco de agua cristalina y bebe. Dime qué sientes en este entorno.

• No sé qué decir, pero la verdad es que me siento bien. ¿Por qué preguntas?

• Estos entornos aportan mucha energía para afrontar el destino, y además de sentir paz interior, puedes apreciar la armonía con que se mueve la naturaleza… 

Y así continuaban siempre conversando a lo largo de cada paseo.

• Bueno, ya estamos llegando a casa, como siempre, terminaré el paseo con una carrera hasta la puerta. Mídeme el tiempo en que lo hago hoy.

• ¡Está bien! pero si después me río de tu tiempo no te enfades.

• Abuelo, no seas malo.